lunes, 13 de julio de 2009

Neo-Rococó (1835-1840)

Este movimiento aportó con el uso constante de la naturaleza en sus obras, una distribución correcta de elementos como flores y ramas que potenciaban la armonía en la decoración por la capacidad de integrarse a la atmósfera con elementos orgánicos (curvas) y ya abrían paso a la elegancia, relacionada en ese entonces con la femineidad de la mujer.


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