sábado, 27 de junio de 2009

Mujer y Naturaleza

A inicios del siglo XIX le dieron una importancia a la tradición del rococó en hacerle un culto a la naturaleza, una eterna belleza que se contraste con la fragilidad del ser humano, el precursor de este pequeño grupo de pintores paisajistas fue Théodore Rousseau. A mediados de este siglo, se vio influenciado por el romanticismo, haciendo a los paisajes más melancólicos y pasivos, es a partir de ahí donde se conoce a la naturaleza como una alegoría de la mujer. Las siguientes obras artísticas ya no seguirían los patrones del romanticismo pero mantendrían la alegoría, mostrarían a una mujer rodeada de flores, pero esta vez más dinámica. Ya a finales del siglo, esta mujer unida a la naturaleza abriría una puerta al simbolismo, se va dejando el realismo y va más por lo irreal y fantasioso.
Ya hacia el siglo XX los contornos entraron como una moda gracias al Art Nouveau, y la diferencia entre primeros planos y los lejanos desaparecían, los colores fueron cambiando por unos suaves pasteles; así, se fue volviendo un arte decorativo en el que predominó la mujer, alta, delgada y con el cabello en movimiento, exigía un mayor dinamismo y originalidad, esta vez con vestidos más complejos y llenos de pliegues, encajes, bordados y más flores. Predominan, además de la mujer, las ornamentaciones vegetales y formas orgánicas que buscan la manera de integrarse a la figura humana, y en algunos casos se agregan insectos, como mariposas o libélulas; sin embargo, en cuestión a animales, la principal inspiración del Art Nouveau fue el pavo real, principalmente sus plumas, que le dieron al movimiento un toque más exótico.

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